1. Cambio climático
Nick Brooks, investigador del Centro Tyndall para la Investigación del Cambio Climático en la Universidad de East Anglia:
“A finales de este siglo es posible que los gases invernadero se hayan doblado y que la temperatura global haya aumentado al menos 2 grados. Esto es más calor de lo que la Tierra haya experimentado ene l último millón y medio de años. En el peor caso podría alterar el clima en muchas regiones del mundo. Podría llevar a una inseguridad alimenticia global y al colapso masivo de sistemas sociales existentes, causando migraciones y conflictos por los recursos a medida que partes del mundo se hacen inhabitables. No creo que signifique el fin de los humanos, pero tendría un potencial devastador”.
Es decir, una variante de lo que hemos visto en la película El día de mañana, incluyendo los millones de norteamericanos emigrando a México...
Posibilidad de que la temperatura mundial aumente 2 grados en los próximos 70 años: ALTA.
2. Erosión de los telómeros
Reinhard Stindl, doctor en medicina de la Universidad de Viena:
“En la punta de los cromosomas de cualquier animal hay unos tapones protectores llamados telómeros. Sin ellos, nuestros cromosomas se volverían inestables. Cada vez que una célula se divide casi nunca copia completamente los telómeros, así que durante nuestra vida nuestros telómeros se acortan y acortan a medida que nuestras células se multiplican. A la larga, cuando quedan muy cortos, empezamos a ver enfermedades relacionadas con la edad: cáncer, Alzheimer, ataques del corazón, infartos...”
“Sin embargo, los telómeros no sólo se acortan por el paso del tiempo. Mi teoría es que hay una diminuta pérdida de la longitud del telómero de una generación a otra, igual que sucede con el envejecimiento en el individuo. Durante miles de generaciones los telómeros se irán erosionando hasta niveles críticos. Entonces podríamos esperar irrupciones de enfermedades del envejecimiento en etapas jóvenes de nuestra vida, y finalmente una quiebra poblacional. La erosión de los telómeros podría explicar la desaparición de especies que aparentemente tenían éxito, como el Hombre de Neardental, sin necesidad de factores externos como el cambio climático”.
Si esto fuese así, significaría que en nuestros cromosomas, desgastados de generación en generación, ya tenemos una fecha de caducidad como especie.
Posibilidad de una quiebra poblacional por erosión de los telómeros en los próximos 70 años: BAJA.
4. Terrorismo
Habla el profesor Paul Wilkinson, presidente del consejo asesor del Centro de Estudio del Terrorismo y la Violencia Política de la Universidad de San Andrews:
“La sociedad hoy es más vulnerable al terrorismo porque es más fácil que un grupo malevolente consiga los materiales necesarios, la tecnología y la experiencia para hacer armas de destrucción masiva. Ahora mismo, la causa más probable de bajas masivas a gran escala por terrorismo sería un arma química o biológica. Liberar a gran escala algo como el ántrax o el virus de la viruela tendrían un efecto gigantesco, y las comunicaciones modernas enseguida lo convertirían en un problema transnacional.”
“En una sociedad abierta, en la que valoramos la libertad de movimientos, no podemos garantizar que un ataque así sea frenado, y hay una gran probabilidad de que un ataque importante suceda en algún sitio del mundo a lo largo de nuestra vida”.
Posibilidad de un ataque terrorista masivo en los próximos 70 años: MUY ALTA.
5. Guerra nuclear
Lord Garden, mariscal del Ejército del Aire británico y portavoz de defensa del partido Demócrata Liberal:
“En teoría una guerra nuclear podría destruir la civilización humana pero en la práctica pienso que el tiempo de ese peligro ya ha pasado. Hay tres puntos potenciales de atención nuclear actualmente: Oriente Medio, India-Pakistán y Corea del Norte. De estos, Corea del Norte es el más preocupante, con un ejército convencional, de gatillo suelto, que podría empezar una guerra por accidente. Pero me gusta pensar que las barreras contra el uso de armas nucleares se mantienen altas por la forma en que hemos desarrollado un sistema internacional de restricción del uso nuclear.”
“La probabilidad de guerra nuclear en una escala global es baja, aunque permanece la posibilidad de uso nuclear por un estado descontrolado o fanáticos extremistas”.
Posibilidad de una guerra nuclear en los próximos 70 años: BAJA.
6. Impacto de un meteorito
Donald Yeomans, director de la Oficina del Programa de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA:
“A escalas de tiempo muy grandes, el riesgo de morir como resultado del impacto de un objeto cercano a la Tierra es aproximadamente equivalente al riesgo de morir en un accidente de avión. Para causar un problema grande a nuestra civilización, el impacto tendría que ser de alrededor 1,5 kilómetros de ancho o mayor. Esperamos un acontecimiento de este tipo cada millón de años, aproximadamente. Los peligros asociados con un impacto así de grande incluyen una cantidad enorme de polvo en la atmósfera que podría apagar la luz solar durante semanas afectando a la vida de las plantas y de las cosechas que sustentan la vida. Habría tormentas de fuego como resultado de la reentrada de fragmentos calientes y una grave lluvia ácida. Todos estos efectos son a corto plazo –relativamente- de modo que las especies más adaptables (las cucarachas y los humanos, por ejemplo) podrían probablemente sobrevivir.
Posibilidad de que la Tierra sea golpeada por un gran asteroide en los próximos 70 años: MEDIA.
7. Los robots toman el mando
Hans Moravec, profesor investigador del Instituto de Robótica de la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburg:
“Los controladores robóticos doblan su complejidad (potencia de procesamiento) cada año o cada dos años. Actualmente están justo por debajo del rango inferior de la complejidad vertebrada, pero deberían alcanzarnos a mitad de siglo. Para el 2050 preveo que habrá robots con un poder mental como el de los humanos, con capcidad de abstracción y de generalización.”
“Estas máquinas inteligentes aprenderán de nosotros, crecerán a partir de nosotros, compartirán nuestros valores y objetivos y pueden verse como los hijos de nuestra mente. No sólo nos cuidarán en casa, sino que ejercerán tareas complejas que actualmente requieren la participación humana, como diagnosticar enfermedades y recomendar una cura o terapia. Serán nuestros herederos y nos ofrecerán la mejor posibilidad que podamos tener de llegar a la inmortalidad si nosotros mismos nos incorporamos en robots avanzados”.
En este supuesto queda por ver si los robots se rebelan (y eliminan/subyugan la raza humana, cuya utilidad sería dudosa) o si bien los humanos, de forma masiva, prefieren robotizar tanto sus cuerpos y cerebros que dejarían de merecer el nombre de humanos.
Posibilidad de robots superinteligentes en los próximos 70 años: ALTA.
8. Bombardeo de rayos cósmicos por el estallido de una estrella
Lo explica Nir Shaviv, profesor de Física en la Hebrew University de Jerusalén:
“Cada pocas décadas, una estrella gigante de nuestra galaxia, de la Vía Láctea, se queda sin combustible y explota. Es lo que se llama una supernova. Los rayos cósmicos (partículas de alta energía, como los rayos gamma) se extienden en todas las direcciones. Si resulta que la Tierra está en medio, pueden provocar una Edad de Hielo. Si la Tierra ya tiene un clima frío, una descarga extra de rayos cósmicos podría hacer que las cosas se helasen de verdad y quizá causar la extinción de una serie de especies. La Tierra corre más peligro cuando pasa a través del brazo espiral de la Vía Láctea, que es donde hay más supernovas. Esto sucede aproximadamente cada 150 millones de años. Los indicadores paleoclimáticos muestran que en esos momentos ha habido un periodo frío en la Tierra, con más hielo en los polos y muchas edades glaciales.”
“Actualmente estamos casi saliendo del brazo Sagitario-Carina de la Vía Láctea y la Tierra debería tener un clima caliente durante unos millones de años. Pero en unos 60 millones de años entraremos en el brazo Perseo y es probable que las condiciones heladas vuelvan a dominar.”
Posibilidad de ser bombardeados por una supernova en los próximos 70 años: BAJA.
9. Supervolcanes
Profesor Bill McGuire, director del Benfield Hazard Research Centre en la University College de Londres.
“Aproximadamente cada 50.000 años la Tierra experimenta un supervolcán. Más de 1.000 kilómetros cuadrados de tierra pueden deshacerse en un flujo de ceniza piroclástica, todo alrededor puede cubrirse de ceniza y gases sulfúricos se inyectarían en la atmósfera, creando un fino velo de ácido sulfúrico alrededor del planeta que no dejaría pasar la luz del sol durante años. En pleno día no habría más luz que en una noche de luna llena.”
“El daño global de un supervolcán depende de dónde se produzca y cuánto tiempo el gas tape la atmósfera. Taupo, en Nueva Zelanda, fue el supervolcán más reciente, hace 26.500 años. Sin embargo, el más dañino supervolcán en la historia humana fue Toba, en Sumatra, Indonesia, hace 74.000 años. Estaba bastante cerca del ecuador, así que inyectó gas rápidamente en ambos hemisferios. Los datos demuestran que las temperaturas bajaron dramáticamente los cinco o seis años siguientes, con condiciones heladas en los trópicos.”
“Un supervolcán en 12 veces más probable que el impacto con un meteorito grande. Hay un 0,15% de probabilidad de que suceda en nuestra vida. Los sitios que hay que vigilar son los que ya explotaron en el pasado, como Yellowstone en EEUU y Toba. Pero más preocupante aún es saber que un supervolcán podría estallar en un sitio que no haya estallado nunca antes, como bajo la selva tropical del Amazonas”.
Posibilidad de un supervolcán en los próximos 70 años: MUY ALTA.
10. La Tierra, engullida por un agujero negro.
Richard Wilson, profesor de física e investigador de la Universidad de Harvard (EEUU):
“Hará unos siete años, cuando el Recolector Relativista de Iones Pesados se estaba construyendo en el Laboratorio Nacional Brookhaven de Nueva York, había la preocupación de que pudiera formarse un estado de materia densa que no había existido antes. En aquel momento era el acelerador de partículas más grande construido en el mundo y permitía hacer que chocasen con inmensa fuerza iones de oro. El riesgo era que aquello pudiera llegar a una fase que fuera suficientemente densa como para ser como un agujero negro, tomando materia del exterior.”
“¿Acabarían los laboratorios Brookhaven –y quizá también la Tierra entera- engullidos por un agujero negro creado por el nuevo acelerador? Usando la información que ya conocemos sobre los agujeros negros en el espacio exterior, hicimos un cálculo para descubrir si el acelerador de partículas de Brookhaven era capaz de formar tal agujero negro. Ahora estamos bastante seguros de que esa fase de la materia no se formará en Brookhaven y que no se tragará a la Tierra cuando colisionen estas partículas”.
Posibilidad de que un agujero negro engulla la Tierra en los próximos 70 años: EXTREMADAMENTE BAJA... aunque quizá dentro de unos decenios, con otros aceleradores de partículas...
Fin de los Tiempos, Juicio Final, Apocalipsis o Fin del Mundo... Suceso plausible que pueda tener un efecto destructivo sobre la raza humana. (((No hay que temer, todo, ESTA ESCRITO))
viernes, 9 de julio de 2010
¿CUAL SERÁ EL FIN DE LA TIERRA?
¿cual será el fin de la tierra?
El primero en intentar hacer un estudio detallado de la historia pasada y previsiblemente futura de la Tierra sin recurrir a la intervención divina fue el geólogo escocés James Hutton. En 1785 publicó el primer libro de geología moderna, en el cual admitía que del estudio de la Tierra no veía signo alguno de un comienzo ni perspectivas de fin ninguno.
Desde entonces hemos avanzado algo. Hoy día estamos bastante seguros de que la Tierra adquirió su forma actual hace unos 4.600 millones de años. Fue por entonces cuando, a partir del polvo y gas de la nebulosa originaria que formó el sistema solar, nació nuestro mundo tal como lo conocemos hoy. Una vez formada, y dejada en paz como colección de metales y rocas cubierta por una delgada película de agua y aire, la Tierra podría existir para siempre, al menos por lo que sabemos hoy. Pero ¿la dejarán en paz? ¿Como y cuando será el fin del mundo?
El objeto más cercano, de tamaño suficiente y energía bastante para afectar seriamente a la Tierra es el Sol. Mientras el Sol mantenga su actual nivel de actividad (como lleva haciendo durante miles de millones de años), la Tierra seguirá esencialmente inmutable. Ahora bien, ¿puede el Sol mantener para siempre ese nivel? Y, caso de que no, ¿qué cambio se producirá y cómo afectará esto a la Tierra?
Hasta los años treinta parecía evidente que el Sol, como cualquier otro cuerpo caliente, tenía que acabar enfriándose. Vertía y vertía energía al espacio, por lo cual este inmenso torrente tendría que disminuir y reducirse poco a poco a un simple chorrito. El Sol se haría naranja, luego rojo, iría apagándose cada vez más y finalmente se apagaría.
En estas condiciones, también la Tierra se iría enfriando lentamente. El agua se congelaría y las regiones polares serían cada vez más extensas. En último término, ni siquiera las regiones ecuatoriales tendrían suficiente calor para mantener la vida. El océano entero se congelaría en un bloque macizo de hielo e incluso el aire se licuaría primero y luego se congelaría. Durante billones de años, esta Tierra gélida seguiría girando alrededor del difunto Sol.
Pero aun en esas condiciones, la Tierra, como planeta, seguiría existiendo.
Sin embargo, durante la década de los treinta, los científicos nucleares empezaron por primera vez a calcular las reacciones nucleares que tienen lugar en el interior del Sol y otras estrellas. Y hallaron que aunque el Sol tiene que acabar por enfriarse, habrá períodos de fuerte calentamiento antes de ese fin. Una vez consumida la mayor parte del combustible básico, que es el hidrógeno, empezarán a desarrollarse otras reacciones nucleares, que calentarán el Sol y harán que se expanda enormemente.
Aunque emitirá una cantidad mayor de calor, cada porción de su ahora vastísima superficie tocará a una fracción mucho más pequeña de ese calor y será, por tanto, más fría. El Sol se convertirá en una gigante roja. En tales condiciones es probable que la Tierra se convierta en un ascua y luego se vaporice. En ese momento, la Tierra, como cuerpo planetario sólido, acabará sus días. Pero no os preocupéis demasiado. Echadle todavía unos ocho mil millones de años.
EL FIN DEL MUNDO SEGUN ISAAC NEWTON
El matemático inglés Isaac Newton (1643-1727), conocido por establecer las bases de la mecánica y enunciar la ley de la gravitación universal, tenía intereses menos científicos a los que aplicaba los mismos principios rigurosos que al resto de sus investigaciones. Amante de la teología y la alquimia, Newton teorizó a partir de la Biblia sobre cuál sería la fecha del fin del mundo. ¿La respuesta? 1.260 años después de la refundación del Sacro Imperio Romano llevada a cabo por Carlomagno.
La Universidad Hebrea de Jerusalén recibió hace casi cuatro décadas estos manuscritos del científico inglés como legado de un coleccionista. De ellos se deduce que, allá por 1704, Newton se empleó en la tarea de calcular esa fecha a partir de un fragmento de la Biblia, en concreto del libro de Daniel. Así dedujo que el mundo se acabaría 1.260 años después del citado hito histórico, es decir, en el año 2060 de nuestra era.
Esos manuscritos se exponen ahora por primera vez al público en una exposición titulada Los secretos de Newton, según anunció ayer la universidad israelí mediante un comunicado. Incluyen detalles de los experimentos de alquimia del matemático y de su interés por las profecías apocalípticas. Según afirma el centro educativo, Newton se veía a sí mismo como una especie de profeta por sus trabajos en este sentido.
Estos legajos provienen de una subasta realizada en 1936 en Londres. El lote contenía un millón de palabras sobre alquimia y tres millones sobre teología y profecías bíblicas. La mayoría de los pergaminos fueron comprados por dos personas: el economista británico John Maynard Keynes (que los legó al King's College de Cambridge) y el orientalista Abraham Shalom Ezekiel Yahuda, que se los dio en 1951 al recién nacido Estado de Israel; de allí pasaron al centro educativo en 1969; se dieron a conocer en 2003, pero nunca antes habían sido expuestos al público.
(((LOS PROFETAS DEL FIN)))
Como ocurrió hace mil años, la proximidad del fin del milenio provoca una ola de inquietud ante los tiempos que se avecinan. Durante siglos han sido muchos los que han ido profetizando el fin del mundo, evidentemente todos erraron, pero también los hubo que hicieron predicciones menores que se fueron cumpliendo incluso siglos después, también predijeron un fin, ¿acertarán?
El más conocido de todos los profetas "modernos" es Nostradamus (Michel de Notre-Dame, 1503-1566), que expresó en verso en 1555 sus profecías que abarcan hasta el fin del mundo. En su Centuria X, 72:
"El año mil novecientos noventa y nueve siete meses,
Del cielo vendrá un gran Rey de terror:
Resucitar el gran Rey de Angolmois,
Antes después de Marte reinar por dicha".
Para los estudiosos del profeta esta es la centuria que habla del fin del mundo tal como lo conocemos, que sería en 1999, en el séptimo mes. Pero en la época de Nostradamus sólo había 10 meses, por tanto se refería a Septiembre (séptimo mes de su calendario). Sobre la causa se refiere al Rey del terror, que aparecerá en el cielo, y la referencia a Marte es sin duda como sinónimo de guerra, Marte es en la antigüedad clásica el dios de la guerra. Según los investigadores la Nostradamus predice que en el apogeo de un gran guerra, un fenómeno astronómico dará fin a la Humanidad.
Para los mayas, que poseían el calendario más exacto hasta hace bien poco y que aún nos sorprende por sus conocimientos, el fin del mundo vendrá el 21 de Diciembre del 2012, inicio de una nueva era. Para otros muchos profetas, grandes y pequeños, buenos y no tan buenos, el fin del mundo nos está rondando, incluso para muchos científicos de diversas áreas el fin se acerca.
Mientras para unos el fin del mundo es la extinción de la Humanidad, para otros es el ascenso a un nivel superior o un cambio radical en la manera en que vivimos, también están las interpretaciones religiosas de todo tipo. Por eso la manera en que ocurrirá son de lo más variadas, aunque si tenemos que hacer un resumen de las probables o repetidas, estas serían:
1º Un gran meteoro impacta contra la Tierra: Esta es una de las causas que apuntan algunos de los interpretes de Nostradamus, y que además es la que está más de moda por el reciente impacto de uno contra Júpiter y del paso de varios de ellos por la cercanías de nuestro planeta. Si tenemos en cuenta como se encuentra la Luna por los impactos y que esa fue la causa de la extinción de los dinosaurios, vemos que aunque la Tierra es una pequeña diana, a la larga uno lo suficientemente grande (de 1 km., de diámetro) tiene que caer. De hecho el 23 de Marzo de 1989 uno de 800 m. paso bien cerca y no se detectó hasta que ya era tarde para detenerlo. Existe la posibilidad de lanzar misiles nucleares ante un posible impacto, pero mas nos vale no vernos tan apurados. Según los expertos, una semana antes de la colisión sería visible en el cielo, lo que aumentaría el pánico y el desastre. Un impacto pequeño, de un cuerpo de 400 m de diámetro, también podría ser fatal si al caer destruye centrales nucleares o desequilibra el actual estado mundial (¿que sería de la economía si cayera en Japón o centro Europa?)
2º. El día del Contacto: Otra de las interpretaciones a Nostradamus habla de un contacto definitivo con una civilización extraterrestre. Si vinieran para conquistar, con su tecnología, no tendríamos posibilidades. Y si vinieran en son de paz, simplemente el impacto social podría ser fatal para nuestra civilización, como ocurrió tantas veces a lo largo de la historia, recordemos la suerte de todas las culturas americanas, o la de muchos pueblos influidos por Roma.
3º- Desastre nuclear: Para la mayoría de los estudiosos de la problemática nuclear si no cambia el actual orden mundial tarde o temprano alguien lanzará la primera bomba, y tras ella irán cayendo las demás. Varias veces hemos estado cerca de un conflicto nuclear, y la mayoría la gente de la calle ni se enteró. El 9 de noviembre de 1979, aviones interceptores norteamericanos y canadienses despegaron de sus bases con órdenes de atacar y destruir, durante un periodo de alarma que duró seis minutos, la explicación fue de que una cinta conteniendo un ataque fue tomado como verdadero por los interceptores, ni el presidente ni el Estado Mayor se enteraron en el momento. El 3 de junio de 1980 un ligero error en una computadora de los sistemas de aviso indicó que habían sido lanzados proyectiles nucleares soviéticos contra Estados Unidos, la alarma duró tres minutos y se canceló en el cuarto minuto, dejando relativamente poco antes de la represalia norteamericana, y, por su puesto, de la contrarrepresalia soviética. La falsa alarma procedía de un fallo en una pieza electrónica que costaba unos cuarenta y seis centavos de dólar.... Unido esto a la posibilidad de que un líder fanático se haga con una bomba, o de que una central reviva el desastre de Chernovil, vemos que esta posibilidad no es descabellada, ni tiene fecha de caducidad.
4º- Desastre ambiental: El calentamiento de la atmósfera, unido al agujero de la capa de ozono, la deforestación, la extinción de la fauna y la contaminación pueden acabar con el actual estado de cosas en dos décadas. Este sería un final agónico y prolongado para la Humanidad, aunque quizás no fuera definitivo. La prosperidad y el auge de la civilización durante la alta Edad Media se vió frenada en seco por una "pequeña era glacial" que duró 300 años, el hambre, las guerras y la enfermedad desolaron Europa, ¿cómo soportariamos nosotros algo así?
5º- La nueva peste: No es descartable que una enfermedad acabe con toda o gran parte de la Humanidad. En la edad media la peste arrasó en oleadas Europa matando a más de la tercera parte de la población, en América las enfermedades transportadas desde occidente acabaron con la mitad de la población indígena. Se sabe de gran cantidad de virus como el ébola o el ántrax que de propagarse destruirían la actual civilización mundial. Y si son mortíferos los que se crean de manera natural, pensemos en los que son fabricados por el Hombre.
6º- El juicio final: En la mayoría de las religiones existe un inicio y también un fin. Cristianos, musulmanes y judíos de todas las ramas coinciden en que un día, tras multitud de penalidades, vendrá Dios a dar por finalizado el mundo de una manera u otra.
Otras muchas posibilidades son candidatas: un cambio en la actividad solar o cualquier otro fenómeno estelar, una guerra mundial, que la evolución de otro paso y cree un nuevo Hombre, la escasez de recursos naturales, la aproximación de una estrella a nuestro sistema solar... y muchas más. Aunque es curiosos observar como en gran cantidad de civilizaciones el fin de la Humanidad es por el fuego.
Sin embargo Nostradamus entre otros muchos predice una era de felicidad tras la destrucción:
"La época humana de origen sobrenatural dará paz y unión.
La guerra, guardada en cautiverio,
dejará reinar la paz por largo tiempo".
El fin del mundo ya ha ocurrido otras veces: acabando con más de la mayoría de las especies vivas del planeta, poniendo un fin repentino a grandes y gloriosas civilizaciones (Cretenses, Aztecas...) o poco a poco olvidando todo lo que es conocido (todas las pequeñas culturas agobiadas por otras más importantes). El caso es que es posible que el fin del mundo no ocurra nunca, o que ya esté ocurriendo, lo cierto es que nadie puede asegurar a ciencia cierta cuando o como ocurrirá, por que sólo los hechos son ciertos, y lo futuro es siempre una suposición, al menos para la mayoría...
(((El fin del mundo según los mayas no sucederán en el 2012, será en el 2220)))
El fin del mundo según los mayas no sucederán en el 2012, será en el 2220
Aquellas personas que temen un apocalipsis pueden respirar tranquilos, y lo siento por los amantes de Emmerich y su película 2012. El calendario maya que supuestamente predijo que el mundo cambiaría en el 2012 fallará a buen seguro. El arqueoastrónomoFuls Andreas del Instituto de Geodesia y Geoinformación de Ciencias, de la Universidad Técnica de Berlín, las fecha datada no es correcta, y deberíamos colocarla 220 años después del año 2000.
Según se desprende del estudio realizado por Fuls el periodo crítico para la humanidad será en el 2220. Durante años Fuls ha estado trabajando con la ayuda de un programa informático especial, calculando y comprobando fechas con el calendario astronómico.
Las nuevas vías de investigación
Tradicionalmente, se cree que el calendario maya comienza el 11 de agosto del 3114 antes de cristo, pero el investigador alemán Andreas Fuls cree que esta correlación es errónea. Fuls ha estudiado unas tablas mayas donde se muestra la posición de Venus en el cielo, lo que le ha permitido asociar eventos astronómicos conocidos con fechas mayas y ha llegado a la conclusión de que existe un error de 208 años en la fecha de origen del calendario maya.
La mayoría de científicos se basaron para calcular las fechas en los documentos de la dominación colonial en los siglos 16 y 17. Fuls se dio cuenta de que habían errores, así que haciendo uso del “Códice Dresden” y buscando en el amplio calendario maya, en sus cultos religiosos y en sus análisis astronómicos, aparte de en los monumentos mayas conservados, así como los periodos en que fueron elegidos sus gobernantes, los periodos de guerras y las fechas de sus celebraciones llegó a conclusiones muy diferentes.
Así, la conjunción simultánea en el solsticio de invierno con la luna nueva y Venus, que se encuentra en el “Códice Dresde” no corresponde con el 21 de diciembre de 2012, corresponde a un periodo muy posterior de nuestra era, más tarde de lo que se pensaba, Fuls presenta su tesis en un documental que va a ser producido por “NationalGeographic”. Los errores no se han producido fundamentalmente a causa de la datación con radio carbono, que puede presentar una variación de 150 años, los errores se han producido por una deficiente observación astronómica por parte de los estudiosos.
Aquellas personas que temen un apocalipsis pueden respirar tranquilos, y lo siento por los amantes de Emmerich y su película 2012. El calendario maya que supuestamente predijo que el mundo cambiaría en el 2012 fallará a buen seguro. El arqueoastrónomoFuls Andreas del Instituto de Geodesia y Geoinformación de Ciencias, de la Universidad Técnica de Berlín, las fecha datada no es correcta, y deberíamos colocarla 220 años después del año 2000.
Según se desprende del estudio realizado por Fuls el periodo crítico para la humanidad será en el 2220. Durante años Fuls ha estado trabajando con la ayuda de un programa informático especial, calculando y comprobando fechas con el calendario astronómico.
La rueda calendárica
Ni el tzolkin, ni el haab numeraban los años. La combinación de fechas mediante los dos sistemas era suficiente en la vida práctica ya que una coincidencia de fechas se produce cada 52 años, lo cual rebasaba la expectativa de vida de la época prehispánica. Los mayas fusionaron estos dos sistemas, en un ciclo superior llamado "rueda calendárica". La conformación de esta rueda, que se compone de tres círculos, da por resultado cíclos de 18.980 días, en cada uno de los cuales uno de los 260 días del tzolkin coincide con otro de los 365 días del Haab.
El círculo más pequeño está conformado por 13 números; el círculo mediano por los 20 signos de los veinte días mayas del calendario Tzolkin, y el círculo más grande por el calendario haab con sus 365 días (dieciocho meses de veinte días y el mes corto de cinco días). En este conteo, los mayas consideraban que el día de la creación fue el 4 ahau 8 cumkú.
Cada cíclo de 18.980 días equivale a 52 vueltas del haab (calendario solar de 365 kines) y a 73 vueltas del tzolkin (calendario sagrado de 260 kines), y al término ambos vuelven al mismo punto. Cada 52 vueltas del haab se celebraba la ceremonia del fuego nuevo, analógicamente era un "siglo maya".
Los mayas especificaron en una de sus profecías que el momento exacto del fin del quinto mundo ocurriría cuando la suma de la fecha marcada se intersecte antes de llegar a medio kin y dé como resultado el número base para sus cálculos arquitectónicos y astronómicos.
LA EXTINCION DE LA TIERRA
Independientemente de lo que suceda con la humanidad y la biosfera, nuestro planeta, a largo plazo, depende de su energía interna y de su estrella el Sol, que tiene un cierto periodo de vida. En este aspecto, la Tierra acabará siendo destruida por la misma estrella que le proporcionó la vida. El Sol aumenta su luminosidad en un 1% cada cien millones de años; dentro de mil millones de años, quizá la temperatura de la Tierra se eleve tanto que los océanos comiencen a evaporarse. En el plazo de unos 2 mil millones de años, esto llevaría al final de la vida terrestre; además se calcula que para estas fechas, nuestro planeta habría perdido prácticamente la totalidad de su energía interna por enfriamiento y sería un planeta geológicamente muerto.
Hacia unos 5 mil millones de años a partir de ahora, el hidrógeno del núcleo solar se habría agotado y nuestra estrella entraría en un periodo de evolución estelar de gigante roja, expandiéndose y calentando enormemente a los planetas interiores, entre ellos el nuestro, convirtiendo su superficie en un océano de magma y posteriormente, los residuos terrestres quedarían como un cuerpo muerto y frío, al transformarse el Sol en una residual estrella enana blanca.
Conclusión
La agresiva acción sobre la biosfera terrestre, augura un próximo futuro no muy claro y un tanto tenebroso. Confiemos en la cordura y prudencia de la inteligencia humana, por su propio bien y el de los seres vivos que habitan nuestro querido planeta.
((((( AMENAZA VIRAL ))))
Los expertos ya no dudan en calificar el virus de la gripe aviar, el denominado H5N1, como uno de los más peligrosos que circula actualmente. El temor de que se produzca una pandemia crece con la confirmación de nuevos casos de la enfermedad en aves. A las puertas de Europa, la UE ha tomado cartas en el asunto y ha prohibido la importación de aves procedentes de los países afectados. EEUU, por su parte, ha pedido una coalición internacional para hacer frente al problema.
La gripe aviar es una enfermedad infecciosa de las aves causada por cepas A del virus de la gripe. Esta enfermedad, identificada por vez primera en Italia hace más de cien años, se da en todo el mundo.
Se considera que todas las aves son vulnerables a la gripe aviar, pero algunas especies son más resistentes a la infección que otras. La infección causa un amplio espectro de síntomas en las aves, desde una variante leve hasta un cuadro altamente contagioso y rápidamente mortal que da lugar a graves epidemias. Esto último es lo que se conoce como «gripe aviar altamente patógena». Esta variante se caracteriza por su rápida aparición, por la gravedad de los síntomas y por su evolución fulminante, con una mortalidad muy cercana al 100%.
Se conocen 15 subtipos de virus de la gripe que infectan a las aves, lo que representa un amplio reservorio de virus gripales potencialmente circulantes en las poblaciones de aves. Hasta la fecha, todos los brotes de la forma hiperpatógena han sido causados por los subtipos H5 y H7 de la cepa A.
Las aves acuáticas migratorias - en particular los patos salvajes - constituyen el reservorio natural de los virus de la gripe aviar, y esas aves son también las más resistentes a la infección. Las aves de corral domésticas, en particular los pollos y los pavos, son especialmente vulnerables a esas epidemias de gripe fulminante.
El contacto directo o indirecto de las aves domésticas con las aves acuáticas migratorias salvajes se ha citado como una causa frecuente de epidemias. Los mercados de animales vivos son otro eslabón importante en la propagación de esas epidemias.
Un virus en constante mutación
Todos los virus de la gripe de tipo A, incluidos los que regularmente causan epidemias estacionales en el hombre, son genéticamente lábiles y están bien adaptados para eludir las defensas del huésped. Los virus de la gripe carecen de los mecanismos de «corrección de pruebas» y reparación de errores que operan durante la replicación. De resultas de esos errores no corregidos, la composición genética de los virus cambia conforme se van replicando en el hombre y en los animales, y la cepa de partida se ve reemplazada por una nueva variante antigénica. Estos cambios constantes y por lo general pequeños de la composición antigénica de los virus A de la gripe es lo que se denomina «deriva» antigénica.
La tendencia de los virus de la gripe a experimentar cambios antigénicos frecuentes y permanentes obliga a vigilar constantemente la situación mundial de la gripe y a introducir cada año ajustes en la composición de las vacunas antigripales. Ambas actividades son una piedra angular del Programa Mundial de la OMS contra la Gripe desde sus inicios en 1947.
Los virus de la gripe presentan una segunda característica profundamente preocupante para la salud pública: la cepa gripal A, incluidos los subtipos de diferentes especies, pueden intercambiar o «recombinar» el material genético y fusionarse. Ese proceso de recombinación, conocido como «cambio» antigénico, desemboca en un nuevo subtipo distinto de los dos virus originales. Como las poblaciones carecen de inmunidad frente al nuevo subtipo, y como no hay ninguna vacuna que confiera protección contra él, el cambio antigénico ha dado lugar a lo largo de la historia a pandemias altamente mortíferas. Para que ello ocurra, el nuevo subtipo ha de poseer genes de los virus de la gripe humana que le permitan transmitirse fácilmente de una persona a otra durante periodos sostenibles.
Se considera desde hace tiempo que la existencia de poblaciones humanas que viven en estrecho contacto con aves de corral y cerdos domésticos es un factor que favorece el cambio antigénico. Como los cerdos son vulnerables a la infección tanto por virus aviares como por virus de mamífero, incluidas las cepas humanas, esos animales pueden hacer las veces de «tubo de ensayo» de mezcla del material genético de los virus del hombre y de las aves, del que emergería así un nuevo subtipo. Sin embargo, algunos acontecimientos recientes han permitido identificar otro mecanismo posible: existen cada vez más indicios de que, al menos para algunos de los 15 subtipos de virus de la gripe aviar que circulan entre las poblaciones de aves, la propia especie humana podría servir de «tubo de ensayo».
¿Por qué la cepa H5N1 es especialmente preocupante?
De los 15 subtipos del virus de la gripe aviar, la cepa H5N1 es especialmente preocupante por varias razones. Es una cepa que muta rápidamente y tiene una tendencia demostrada a adquirir genes de virus que infectan a otras especies animales. Su capacidad para causar una enfermedad grave en el hombre ha quedado ya constatada en dos ocasiones. Además, los estudios de laboratorio realizados han demostrado que los aislados de este virus tienen una alta patogenicidad y pueden tener serios efectos en el hombre. Las aves que sobreviven a la infección excretan el virus durante al menos 10 días, oralmente y por las heces, lo que facilita la ulterior propagación en los mercados de aves de corral vivas y a través de las aves migratorias.
La epidemia de gripe aviar altamente patógena causada por la cepa H5N1, que comenzó a mediados de diciembre de 2003 en la República de Corea y está afectando ahora a otros países asiáticos, representa por tanto una amenaza especial para la salud pública. La cepa de H5N1 demostró su capa-cidad de infectar directamente al hombre en 1997, y ha vuelto a hacerlo en Vietnam en enero de 2004. La propagación de la infección entre las aves aumenta la probabilidad de una infección directa del hombre. Si a medida que pasa el tiempo crece el número de personas infectadas, aumentará también la probabilidad de que el ser humano, cuando se vea infectado simultáneamente por cepas de la gripe humana y la gripe aviar, sirva también de «tubo de ensayo» del que emerja un nuevo subtipo que posea los suficientes genes humanos para poder transmitirse fácilmente de una persona a otra. Ese hecho marcaría el inicio de una pandemia de gripe.
Infección del hombre por virus de la gripe aviar
Los virus de la gripe aviar no suelen infectar a otros animales aparte de las aves y los cerdos. El primer caso de que se tiene noticia de infección del hombre por virus de la gripe aviar se produjo en Hong Kong en 1997, cuando la cepa H5N1 causó una enfermedad respiratoria grave a 18 personas, seis de las cuales fallecieron. Esa infección coincidió con una epidemia de gripe aviar hiperpatógena, causada por esa misma cepa, en la población de aves de corral de Hong Kong.
Una amplia investigación de ese brote concluyó que el contacto estrecho con las aves infectadas vivas había sido el origen de la infección humana. Los estudios genéticos realizados posteriormente mostraron que el virus había saltado directamente de las aves al hombre. Se produjo también una transmisión limitada al personal sanitario, sin llegar a causar síntomas de gravedad.
La rápida destrucción, a lo largo de tres días, de toda la población de aves de corral de Hong Kong, estimada aproximadamente en 1,5 millones de animales, redujo las posibilidades de transmisión directa a la especie humana y evitó tal vez una pandemia.
Ese acontecimiento alarmó a las autoridades sanitarias, pues demostraba por primera vez que un virus de la gripe aviar podía transmitirse directamente al hombre y causar una enfermedad grave con alta mortalidad. La alarma cundió de nuevo en febrero de 2003, cuando un brote de gripe aviar por H5N1 registrado en Hong Kong causó dos casos y una muerte entre los miembros de una familia que había viajado recientemente al sur de China. Otro hijo de la familia falleció durante esa visita, pero se desconoce la causa de la muerte.
Otros dos virus de la gripe aviar han sido causa reciente de enfermedad en el hombre. Un brote de la gripe aviar H7N7 altamente patógena, declarado en los Países Bajos en febrero de 2003, causó la muerte de un veterinario dos meses más tarde, y un cuadro leve en otras 83 personas. Se han registrado casos leves de la gripe aviar H9N2 entre niños en Hong Kong en 1999 (dos casos) y a mediados de diciembre de 2003 (un caso). La cepa H9N2 no es altamente patógena en las aves.
La causa más reciente de alarma se ha producido en enero de 2004, tras confirmar las pruebas de laboratorio la presencia de la cepa H5N1 de la gripe aviar en personas con síntomas respiratorios graves en el norte de Vietnam.
¿Pueden evitarse las pandemias de gripe?
A juzgar por lo ocurrido a lo largo de la historia, las pandemias de gripe tienden a producirse como media unas tres o cuatro veces cada siglo, de resultas de la aparición de un nuevo subtipo del virus que se transmite fácilmente de una persona a otra. Sin embargo, la aparición de una pandemia de gripe es impredecible. En el siglo XX, a la gran pandemia de gripe de 1918-1919, que causó según se estima entre 40 y 50 millones de muertos en todo el mundo, siguieron las pandemias de 1957-1958 y 1968-1969.
Los expertos coinciden en que la aparición de otra pandemia de gripe es inevitable y posiblemente inminente.
La mayoría de los expertos en gripe coinciden también en que la rápida matanza de la totalidad de la población de aves de corral de Hong Kong en 1997 evitó probablemente una pandemia.
Es posible adoptar varias medidas para intentar reducir al mínimo los riesgos para la salud pública mundial que pueden derivarse de los grandes brotes de gripe aviar por H5N1 altamente patógena. Una prioridad inmediata es detener la propagación de la epidemia en las poblaciones de aves de corral, estrategia que reduce las oportunidades de exposición humana al virus. La vacunación de las personas con alto riesgo de exposición a las aves infectadas, usando las vacunas más eficaces existentes contra las cepas circulantes de la gripe humana, permite reducir la probabilidad de coinfección del ser humano con cepas aviares y humanas, y reducir también así el riesgo de que se produzca un intercambio de genes. Los trabajadores que participan en la matanza selectiva de aves de corral deben protegerse debidamente contra la infección empleando la ropa y el equipo adecuados. Estos trabajadores deben recibir asimismo medicamentos antivíricos como medida profiláctica.
Ante la aparición de casos de gripe aviar en el hombre, se precisa urgentemente información sobre la extensión de la infección gripal en los animales y en el hombre y sobre los virus gripales circulantes a fin de poder evaluar los riesgos para la salud pública y determinar las medidas de protección más idóneas. También es esencial investigar exhaustivamente cada caso. Si bien la OMS y los miembros de su red mundial de vigilancia de la gripe, en colaboración con otros organismos internacionales, pueden contribuir a muchas de esas actividades, la contención de los riesgos para la salud pública depende también de la capacidad epidemiológica y de laboratorio de los países afectados y de la idoneidad de los sistemas de vigilancia ya implantados.
Aunque todas estas actividades tenderán a reducir la probabilidad de que aparezca una cepa pandémica, no es posible predecir con certeza si se podrá evitar otra pandemia de gripe.
Evolución clínica y tratamiento de los casos humanos de gripe aviar por H5N1
La información publicada sobre la evolución clínica de la infección humana por la cepa H5N1 de la gripe aviar se limita a los estudios de casos realizados durante el brote declarado en Hong Kong en 1997. En esa ocasión los pacientes desarrollaron síntomas de fiebre, dolor de garganta, tos y, algunos de los casos mortales, disnea grave por neumonía vírica. Se vieron afectados adultos y niños previamente sanos, y algunos con dolencias crónicas.
Las pruebas disponibles para diagnosticar todas las cepas del virus de la gripe que afectan a los animales y al hombre son rápidas y fiables. Numerosos laboratorios de la red mundial OMS de vigilancia de la gripe poseen las instalaciones de alta seguridad y los reactivos necesarios para llevar a cabo esas pruebas, así como una considerable experiencia. Se dispone también de pruebas rápidas de cabecera para el diagnóstico de la gripe humana, si bien tales pruebas carecen de la precisión de los análisis más sofisticados que actualmente se requieren para dilucidar por completo los casos más recientes y determinar si la infección humana se está propagando, ya sea directamente desde las aves o entre las personas.
Los fármacos antivíricos, algunos de los cuales se pueden utilizar a efectos tanto de tratamiento como de prevención, son eficaces clínicamente contra las cepas del virus gripal en adultos y niños por lo demás sanos, pero no están exentos de inconvenientes. Algunos de esos medicamentos son además caros, y de suministro limitado.
La experiencia acumulada en la producción de vacuna antigripal también es considerable, sobre todo teniendo en cuenta que cada año se modifica su composición para adaptarla a los cambios que experimenta el virus circulante como consecuencia de la deriva antigénica. Sin embargo, en principio se necesitan al menos cuatro meses para producir en cantidades importantes una nueva vacuna que confiera protección contra un nuevo subtipo del virus.
(((( UNA ERA GLACIAL: ))))
La existencia de períodos glaciales (glaciaciones) fue sugerida por primera vez en 1837 por el biólogo suizo-norteamericano Louis Agassiz. Obtuvo datos geológicos que indicaban que las glaciaciones de los Alpes se habían expandido en el pasado a las tierras bajas que los circundaban. Esto lo llevó a sugerir que, en un tiempo geológico no muy lejano, el clima habría sido mucho más frío que el actual.
Ciclos de Milankovitch
Entre las décadas de 1920 y 1930, el astrónomo yugoslavo Milutin Milankovitch calculó las variaciones en la cantidad de radiación solar que recibe la Tierra debidas a cambios en los movimientos de traslación y de rotación del planeta, y propuso un mecanismo astronómico para explicar los ciclos glaciales basado en tres factores.
El primer factor es la inclinación del eje de rotación terrestre. Al aumentar su ángulo, las estaciones resultan más extremas en ambos hemisferios (veranos más cálidos e inviernos más fríos). Actualmente, el eje de la Tierra está desviado 23,44 grados con respecto a la vertical; esta desviación fluctúa entre 21,5 y 24,5 grados a lo largo de un periodo de 41.000 años.
Un segundo factor que acentúa las variaciones entre las estaciones es la forma de la órbita terrestre. Con un período de, aproximadamente, 100.000 años, la órbita se alarga y acorta, lo que provoca que su elipse sea más excéntrica y luego retorne a una forma más circular. La excentricidad de la órbita terrestre varía desde el 0,5%, correspondiente a una órbita prácticamente circular; al 6% en su máxima elongación. Cuando se alcanza la excentricidad máxima, se intensifican las estaciones en un hemisferio y se moderan en el otro.
El tercer factor es la precesión o bamboleo del eje de rotación de la Tierra, que describe una circunferencia completa, aproximadamente, cada 23.000 años. La precesión determina si el verano en un hemisferio dado cae en un punto de la órbita cercano o lejano al Sol.
El resultado de esto es el refuerzo de las estaciones, cuando la máxima inclinación del eje terrestre coincide con la máxima distancia al Sol. Cuando esos dos factores tienen el mismo efecto en uno de los hemisferios, se tienen efectos contrarios entre si en el hemisferio opuesto.
Milankovitch, además, incorporó una idea del climatólogo alemán Wladimir Köppen en la teoría astronómica. Esta fue la sugerencia de que la causa inmediata de una glaciación se debe a la reducción de la irradiación solar en verano, con la consiguiente disminución de la fusión de los hielos formados en el invierno, y no a una sucesión de inviernos rigurosos, como pensaba Croll. Los ciclos predichos por la teoría de Milankovitch fueron confirmados, experimentalmente, por Cesare Emiliani en la década de 1960.
Este investigador utilizó el oxígeno presente en el carbonato de calcio de los caparazones de microfósiles del fondo oceánico para calcular las temperaturas del último millón de años de la vida de la Tierra, midiendo la abundancia de los distintos isótopos del oxigeno
Ciclos de actividad solar
En dos publicaciones aparecidas en 1887 y 1889, el astrónomo alemán Gustav Spoerer llamó la atención sobre un período de 70 años, que finalizó aproximadamente en 1716, en el cual hubo una interrupción de los ciclos de manchas solares.
En 1894, Walter Maunder, superintendente de la División Solar del Observatorio Real de Greenwich, realizó una paciente búsqueda de antiguos registros astronómicos que le permitieron confirmar la conclusión a la que había llegado Spoerer. En reconocimiento al esfuerzo que realizó Maunder durante toda su vida por establecer la realidad del período de déficit de manchas solares, a éste se lo conoce actualmente como el Mínimo de Maunder. Se estima que durante este período, conocido también como la Pequeña Edad de Hielo, las temperaturas eran unos 0,5 grados menores que el promedio en los últimos tres siglos.
Las variaciones climáticas están determinadas, además de por factores astronómicos, por fluctuaciones de la concentración en el aire de gases responsables del efecto invernadero, la actividad volcánica, cambios en las corrientes oceánicas y en la configuración de los continentes.
jueves, 8 de julio de 2010
EL HOMBRE... VERDUGO DE SU DESTINO.
La biosfera, amenazada por el hombre
Probablemente, va a ser el hombre y su acción sobre el medio ambiente, el que va a determinar las características del futuro más inmediato de la biosfera. Dos rasgos fundamentales distinguen a la evolución humana de la del resto de seres vivos: una rápida y potente evolución cultural, que se suma a la más lenta y común con otros seres vivos, la evolución genética, y como consecuencia de esta cultura, una acción sobre el medio ambiente de gran envergadura, que ningún ser vivo había producido hasta la fecha; como consecuencia el hombre, puede influir sobre su propio proceso evolutivo, para bien o para mal.
Y ahí está el peligro... el gran potencial intelectual de la especie humana es capaz de modificar drásticamente y de forma acelerada su medio ambiente, pero este enorme poder intelectual que deriva de su acelerado desarrollo cerebral, desgraciadamente, no va acompañado de una acción sabia sobre su ambiente, con lo cual nuestra especie corre el peligro de autosuicidarse, al provocar un deterioro irreparable en la biosfera, de la que depende.
Quizá el problema más importante que sufre la humanidad es la superpoblación. La naturaleza es sabia y cuando otras poblaciones de seres vivos, aumentan en exceso, de forma natural se autorregulan, pues hay una resistencia ambiental que frena el aumento excesivo de cualquier población; aparece escasez de recursos, tales como alimento, espacio, luz... y sobrevienen enfermedades que diezman las poblaciones; además los depredadores mantienen a raya a las poblaciones de las presas, estableciéndose un equilibrio entre las poblaciones de depredadores y presas; por lo tanto el exceso de población se elimina naturalmente, mediante la acción de depredadores, o de infecciones o de mortandad a causa de falta de recursos y las poblaciones mantienen un cierto equilibrio con su ambiente.
Pero en el caso de la especie humana, la cosa cambia: No tiene enemigos en otros animales, ha logrado superar gran parte de las enfermedades microbianas, los adelantos médicos, impiden que haya una mortandad como en otros animales y se reproduce a un ritmo considerable. Los enemigos del hombre son los propios humanos; pero a pesar de las guerras, que existen desde que la humanidad hizo su aparición sobre el planeta y que en cierto modo son mecanismos autorreguladores de las poblaciones humanas, la especie humana ha aumentado de forma alarmante y lo sigue haciendo.
En el año 1000 éramos menos de 500 millones, en el año 2000 llegamos a 6.000 millones y en 1930 no éramos más que 2.000 millones. El censo humano sobrepasará los 9.000 millones en el año 2050, si seguimos a este ritmo, en esta explosión demográfica. La población humana aumenta en unas 10 mil personas cada hora, 85 millones por año. Y para más agravio, la gran mayoría de los recursos son consumidos por una minoría en los países llamados desarrollados.
Sumemos a este exceso de población, el enorme consumo de recursos naturales que exige nuestro desarrollo tecnológico y comprenderemos el injusto abuso al que sometemos nuestro planeta.
Los demás problemas ambientales son consecuencia directa de la superpoblación humana y del consumo desmesurado de recursos ambientales debido al desarrollo tecnológico.
El consumo energético que conlleva el desarrollo humano radica actualmente en las llamadas "energías sucias", basadas en los biocombustibles fósiles, carbón y sobre todo, petróleo; estas energías son altamente contaminantes, no sólo por los gases nocivos que se desprenden a la atmósfera en su utilización, sino por los vertidos al mar (las mareas negras) y los residuos que generan, muchos no biodegradables, como los plásticos derivados del petróleo. Por nuestro bien, es de esperar que se utilicen en un futuro energías más limpias: solar, eólica, de biomasa,.... y sobre todo, la de fusión, la energía de las estrellas, de gran potencia, aunque su tecnología, todavía no está suficientemente desarrollada; como en un plazo de 50 - 100 años, el petróleo se agotará, el hombre se verá obligado a utilizar otro tipo de energías; esperemos que el deterioro ambiental para este futuro próximo no sea irreversible...
Otra acción negativa del hombre es el deterioro de espacios verdes, bosques y selvas. Alrededor del 6% del área continental se encuentra cubierta por la selva tropical; cada año se destruye el 1% de estas áreas verdes del planeta. Estas masas verdes son verdaderos pulmones del planeta que oxigenan el ambiente (fotosintéticamente), atraen las lluvias al mantener un ambiente húmedo, protegen al suelo de la erosión, son el hábitat de gran cantidad de seres vivos, son fuente de alimento y medicinas naturales... Nosotros, con nuestra miopía intelectual estamos acabando con tales recursos naturales, explotándolos de forma desmesurada para obtener espacios abiertos para la agricultura, ganadería, madera para las industrias madereras y del papel; estas explotaciones quizá sean necesarias pero deberían llevarse a cabo de forma más comedida y racional sin que primaran intereses económicos y lucrativos dudosos, tales como obtener madera barata mediante incendios provocados en los bosques, o para satisfacer intereses urbanísticos. Con la tala desmesurada de estos espacios verdes, favorecemos la desertización, privando a los terrenos de estos bosques y provocando la excesiva erosión, con el empobrecimiento o desaparición de los suelos y la desaparición de las formas de vida. En la desaparición de los bosques y selvas, también contribuyen los incendios, muchos de ellos provocados.
La contaminación es otra de las agresiones humanas al ambiente. Esta contaminación se realiza en la tierra, en el agua y en el aire. El medio terrestre está siendo contaminado por residuos humanos de todo tipo: vertidos de aguas sucias, exceso de abonos, plaguicidas,... y sobre todo residuos sólidos urbanos, las basuras, que muchas veces no se gestionan debidamente, ensuciando los campos y muchas de ellas como los plásticos no son biodegradables. Las aguas dulces y saladas se ensucian constantemente, por los vertidos de aguas residuales de ciudades, industrias, etc, vertidos petrolíferos (mareas negras), residuos radiactivos, etc. La atmósfera se contamina mediante todo tipo de gases y partículas de desecho procedentes de los transportes, industrias, fábricas, ciudades, etc.; estos gases incrementan el calentamiento global (efecto invernadero), o contribuyen a deteriorar la capa de ozono, o provocan las lluvias ácidas que deterioran la flora y la fauna, o hacen el ambiente irrespirable....
La disminución de la biodiversidad es otro de los grandes problemas que sufre la biosfera. Se estima que cada día perdemos 100 especies de plantas y animales. De esta forma se pierde un recurso, no sólo por su interés biológico en sí, sino por que se desequilibran los ecosistemas de los que forman parte estas especies y además porque pueden ser de utilidad al hombre como fuente de fármacos y de nuevos productos alimenticios. En este sentido, la especie humana es la principal causante de la actual extinción de formas de vida.
Otro factor negativo es el agotamiento de recursos naturales por la creciente demanda humana causada por la superpoblación y el desarrollo humano. Recursos no renovables tales como, los combustibles fósiles, minerales y rocas, y sobre todo, agua dulce, escasean cada vez más; el que los combustibles se agoten, a la larga, puede ser beneficioso, pues de esta forma se utilizarán energías alternativas menos contaminantes; pero hay un recurso semirrenovable, el agua dulce, del que depende la humanidad y este recursos es cada vez más escaso, estando los problemas de abastecimiento de agua dulce cada vez más generalizados, favorecidos por la desaparición de bosques que atraen a las lluvias y por la desertización. Es posible que se pueda obtener agua dulce a partir de agua salada, pero, esto todavía no se ha conseguido de manera rentable.
Además de todas estas agresiones, no se descarta una posible guerra nuclear, con la emisión de radiaciones que dañen las especies vegetales y animales, además de acabar con parte o toda la humanidad.
¿Qué deberíamos hacer ante este negro panorama? En primer lugar, tomar conciencia del problema; parece ser que poco a poco lo estamos haciendo, pero las acciones propuestas para remediarlo, suponiendo que se propongan, no siempre se cumplen, o se cumplen de forma débil, lenta e insuficiente: hay fuertes intereses económicos establecidos en juego que paralizan las posibles acciones y los políticos, que son los que tienen mayor poder a este respecto, muchos de ellos implicados en estos juegos de intereses, no actúan con la eficacia debida.
Actualmente se habla del llamado "desarrollo sostenible": un desarrollo humano que no sea tan agresivo con el medio ambiente y que permita su saludable existencia; pero este equilibrio entre el desarrollo humano y la preservación del medio ambiente es difícil y requiere una acción conjunta y coordinada de todos los estamentos sociales, de toda la humanidad. Aunque la ciencia y la técnica podrían, mediante inventos y acciones adecuadas superar muchos de estos problemas (agua dulce a partir de agua salada, alimentos transgénicos, repoblación forestal, nuevos sistemas agrícolas, energías limpias, control de lluvias, reciclaje de basuras, bacterias que degradan residuos, etc.) tiene que haber un cambio de mentalidad en los grupos de poder de la humanidad para llevar a cabo tales acciones de forma eficaz; no sólo es un problema científico y tecnológico, sino también, y sobre todo, un problema ético, social y político. La verdad es que el futuro se ve bastante turbio...
De todas maneras, suponiendo que la humanidad desaparezca antes de lo que como especie se espera, y que la biosfera quede dañada por su culpa, ésta se recuperaría, en un plazo prudencial y quizá nuestra desaparición, como la de los dinosaurios, diera la oportunidad al desarrollo y evolución de otras formas animales.... Esperemos que esto no suceda y seamos nosotros los que evolucionemos y originemos especies más directamente relacionadas con nosotros, en nuestra línea, pero más inteligentes y sabias, que posiblemente se expandan por el sistema solar y quizá por otras zonas del espacio...
AMENAZA ESPACIAL
La Tierra: Peligro de impacto
Recordemos que en la nada tranquila historia del sistema solar, los impactos cósmicos han sido bastante frecuentes: El nacimientos de los planetas se debió a impactos de planetesimales y planetoides; después los planetas sufrieron un intenso proceso de craterización como lo demuestra la gran cantidad de cráteres que existen en los planetas terrestres con escasas atmósferas; la Luna, nuestro satélite se formó como consecuencia del choque de un planeta del tamaño de Marte con la Tierra en sus comienzos, hace unos 4 mil m.a..; y después y hasta la actualidad, nuestro planeta, como los demás, ha sido agredida por asteroides de muy diversos tamaños; algunos de ellos han provocado extinciones biológicas de mayor o menor cuantía, o al menos han contribuido a ello, como el asteroide que acabó con los dinosaurios hace 65 m.a.
Nuestro planeta, como cuerpo cósmico que es, enmarcado en el sistema solar, está sujeto a las acciones del ambiente exterior, como nebulosas, explosión de supernovas... y sobre todo, a los impactos de cuerpos, de tipo asteroidal principalmente, de muy diversos tamaños.
La atmósfera terrestre nos protege de multitud de pequeños proyectiles, del tamaño de granos de arena o de pequeñas piedras, miles de los cuales caen sobre nuestro planeta diariamente. Al quemarse en la atmósfera forman las conocidas estrellas fugaces. Los meteoritos rocosos de hasta algunas decenas de metros de diámetro se destruyen en la atmósfera al estallar debido al gran calor de fricción, lo cual es una suerte para nosotros.
Pero la atmósfera terrestre no frena los objetos más grandes y estos pueden causar un daño considerable si chocan contra la superficie; por suerte, son objetos poco comunes. La energía liberada en el impacto es muy considerable; por ejemplo, el impacto de de un objeto de 35 metros de diámetro libera una energía equivalente a la de una bomba nuclear de varios megatones (la bomba nuclear lanzada en Hiroshima, liberó solo 15.000 toneladas de TNT; para reunir un megatón se necesitarían 65 bombas como ésta); esto nos da una idea de la potencia de tales impactos.
Se puede calcular la frecuencia con que suceden los impactos en la Tierra. Un objeto de 10 m de diámetro, que genera la décima parte de un megatón de energía, ocurre de promedio cada 10 años; suele explotar en la atmósfera, por lo que apenas es nocivo. Un objeto de 1 km de diámetro, que libera unos 100 mil megatones, impacta cada 100 mil años. Los objetos de 10 km de diámetro nos impactan cada 100 millones de años. Son los objetos de 1 km, antes citados, los más peligrosos para nosotros, por su relativa abundancia y su frecuencia de impacto.
¿Cómo evitar tales objetos? Si se detectan con la suficiente antelación, podrían ser desviados o destruidos por una bomba nuclear de varios megatones, aunque no se garantiza un éxito al 100%.
De todas formas, hay amenazas más a corto plazo que nos pueden afectar, como el deterioro del medio ambiente...
El Calentamiento Global
El futuro clima: Entre el calentamiento del invernadero y el frío glaciar
Pronosticar el clima del futuro es tarea delicada. Por un lado hay que considerar los cambios climáticos naturales y por otro la influencia humana sobre ellos.
El clima cambia de forma natural debido a varios fenómenos astronómicos y geológicos, como el lento cambio de la configuración de los continentes o pequeños cambios en la órbita de la Tierra y en la dirección de su eje de rotación. De esta forma, ya sabemos que en nuestro planeta alternan épocas cálidas con épocas de glaciación, que a su vez pueden estar divididas en periodos glaciares e interglaciares. En este sentido, el actual periodo interglaciar debe estar finalizando, ya que ha durado bastante más que la media que es de unos 12 mil años; un nuevo periodo glaciar nos alcanzará en un máximo de 4 mil años; después, la Tierra se introducirá en un largo periodo glaciar de unos 100 mil años. Pero estos eventos se ven a medio o a largo plazo.
A corto plazo, es más acuciante el efecto del calentamiento global que se avecina por los gases de efecto invernadero, provocados en gran medida por la acción humana.
Estos gases se han incrementado desde la etapa industrial humana de forma significativa: El CO2 ha aumentado un tercio, el metano se ha duplicado y el óxido nítrico ha crecido en un 15%. Si este incremento solamente se mantiene, se estima que en 100 años, la temperatura media terrestre aumentará entre 2 y 5 grados. Este incremento global de la temperatura traería importantes consecuencias: Incendios forestales con pérdida de la masa boscosa, con lo que ello significa; cambios en las precipitaciones con un clima más inestable, con temporales e inundaciones más frecuentes; aumento de la evaporación y por lo tanto de la aridez; fusión de los glaciares con la consiguiente elevación del nivel del mar, inundación de regiones costeras con sus ciudades; salinización de acuíferos costeros; muerte masiva de arrecifes coralinos...
Hay opiniones que indican que el problema no es tan alarmante: los bosques absorben el exceso de CO2 y sobre todo, el petróleo se habrá agotado antes del 2100 y los gases invernadero bajarán considerablemente. Pero es prudente no jugar con un factor tan delicado e interconectado con la biosfera como el clima y sería conveniente aminorar en lo posible la emisión humana de estos gases provenientes de las industrias y de los transportes. Una de las soluciones es el gradual reemplazo de las "energías sucias", basadas en los combustibles fósiles, por "energías limpias", no contaminantes, como la eólica, solar, hidroelétrica, de biomasa, y sobre todo, investigar y rentabilizar otro tipo de energías, limpias y más potentes, como por ejemplo la de fusión, que es la energía de las estrellas, entre otras.
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