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jueves, 8 de julio de 2010

AMENAZA ESPACIAL


La Tierra: Peligro de impacto
Recordemos que en la nada tranquila historia del sistema solar, los impactos cósmicos han sido bastante frecuentes: El nacimientos de los planetas se debió a impactos de planetesimales y planetoides; después los planetas sufrieron un intenso proceso de craterización como lo demuestra la gran cantidad de cráteres que existen en los planetas terrestres con escasas atmósferas; la Luna, nuestro satélite se formó como consecuencia del choque de un planeta del tamaño de Marte con la Tierra en sus comienzos, hace unos 4 mil m.a..; y después y hasta la actualidad, nuestro planeta, como los demás, ha sido agredida por asteroides de muy diversos tamaños; algunos de ellos han provocado extinciones biológicas de mayor o menor cuantía, o al menos han contribuido a ello, como el asteroide que acabó con los dinosaurios hace 65 m.a.
Nuestro planeta, como cuerpo cósmico que es, enmarcado en el sistema solar, está sujeto a las acciones del ambiente exterior, como nebulosas, explosión de supernovas... y sobre todo, a los impactos de cuerpos, de tipo asteroidal principalmente, de muy diversos tamaños.
La atmósfera terrestre nos protege de multitud de pequeños proyectiles, del tamaño de granos de arena o de pequeñas piedras, miles de los cuales caen sobre nuestro planeta diariamente. Al quemarse en la atmósfera forman las conocidas estrellas fugaces. Los meteoritos rocosos de hasta algunas decenas de metros de diámetro se destruyen en la atmósfera al estallar debido al gran calor de fricción, lo cual es una suerte para nosotros.
Pero la atmósfera terrestre no frena los objetos más grandes y estos pueden causar un daño considerable si chocan contra la superficie; por suerte, son objetos poco comunes. La energía liberada en el impacto es muy considerable; por ejemplo, el impacto de de un objeto de 35 metros de diámetro libera una energía equivalente a la de una bomba nuclear de varios megatones (la bomba nuclear lanzada en Hiroshima, liberó solo 15.000 toneladas de TNT; para reunir un megatón se necesitarían 65 bombas como ésta); esto nos da una idea de la potencia de tales impactos.
Se puede calcular la frecuencia con que suceden los impactos en la Tierra. Un objeto de 10 m de diámetro, que genera la décima parte de un megatón de energía, ocurre de promedio cada 10 años; suele explotar en la atmósfera, por lo que apenas es nocivo. Un objeto de 1 km de diámetro, que libera unos 100 mil megatones, impacta cada 100 mil años. Los objetos de 10 km de diámetro nos impactan cada 100 millones de años. Son los objetos de 1 km, antes citados, los más peligrosos para nosotros, por su relativa abundancia y su frecuencia de impacto.
¿Cómo evitar tales objetos? Si se detectan con la suficiente antelación, podrían ser desviados o destruidos por una bomba nuclear de varios megatones, aunque no se garantiza un éxito al 100%.
De todas formas, hay amenazas más a corto plazo que nos pueden afectar, como el deterioro del medio ambiente...

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